LA CANDO

En 1993 yo vivía en la casa del “gato” Rebolledo. Tomaba pensión. A principios del primer semestre se hizo una fiesta de los mechones de ingles. No se por que no fui. El Javier (hermano del gato) era mechón de ingles y, claro, estaba en la jarana y de pasada llevo a su hermano. Regresaron bastante temprano, y venían con una muchacha a la cual, según recuerdo, iban a pasar a dejar a su casa. Se presento ella misma;

- Hola, me llamo Carmen Gloria Crisóstomo, pero dime CANDO.

La verdad es que ella tenia ANGEL, esa cosa que cautiva de inmediato, no necesariamente en el sentido de que te guste, pero si en la sensación de que quieres, a toda costa, volver a ver a la persona. Claro que no era el único que lo sentía, para tener ángel es necesario que otro grupo importante de gente crea lo mismo. En mi vida conocí a muy poca gente así, donde todos sus gestos, forma de hablar, sonrisa, mirada, etc., se potenciaban para hacer más atractivo el conjunto. Rápidamente se convirtió en mi mejor amiga. Visitaba su casa con cierta regularidad, nos juntábamos, salíamos, etc.

En unas fiestas patrias fuimos a las fondas de Valdivia, que se realizaban en el Parque Saval. Escogimos una de las ramadas y nos sentamos para tomarnos una Chicha de manzana. Bailamos las tradicionales cumbias rodeados de la “creme de la creme” de la borrachera sureña. La Cando era una de las escasas mujeres que se encontraba en el lugar y muuuy probablemente la mas linda, así que no paso mucho tiempo para que empezarán las peticiones de baile para ella…cada 3 minutos llegaba un tipo a pedirle una pieza, algunos hasta dos veces fueron. Para que la cortaran, comencé a decirle a los aspirantes a bailarín, que la Cando y yo nos casaríamos al día siguiente y que deseábamos estar juntos y tranquilos. Eran tantos los tipos que pasaron por la mesa que rápidamente la voz se corrió. En eso apareció el Rony Muñoz, se sentó con nosotros, se tomo la chicha y se quedo perplejo ante nuestro “compromiso”. No lo podía creer, pero la verdad es que se lo creyó todo.

Cuando fuimos a bailar otra cumbia y ésta termino, el cantante de la banda anuncia por el micrófono nuestro compromiso y tocan el vals de los novios. Bailamos. Nos aplaudieron. Agradecimos. Tomamos nuestras cosas y nos fuimos. Al otro día me quede plantado en la iglesia, con mi smoking celeste arrendado y un anillo de plata comprado en la calle…nunca me recupere del todo.

En perspectiva, la Cando tiene un lugar muy bien construido en mi corazón. Hay personas que pasan por la vida dejando una estela y se agradece cuando eso ocurre.

Ahora ella está casada con BEN y tiene una preciosa hija llamada PALOMA (que nació el 3 de junio, igual que yo, pero del año pasado), viven en algún lugar de los Estados Unidos, trabaja por allá y aunque no lo se a ciencia cierta, sospecho que es feliz.

Un abrazo candito, espero que de esta anécdota si te acuerdes.

Oh, publico su foto familiar sin ningún permiso, espero que no moleste.

PALOMO