La Playa

Hoy regreso mi hermana con mi sobrina de la playa El Tabo, en donde estoy seguro la mayoría sabe que tenemos una casa. Es más, mucho de ustedes la han visitado. He ido con algunas parejas, con grupos, tríos, solo, etc. Tengo una buena colección de fotos de ese lugar. Lamentablemente hace muuucho que no visito, principalmente por que ir solo no es una idea que me tiente hoy por hoy, menos en invierno y considerando que el baño queda afuera….brrrrr, no – nica – no way.

Mi primer viaje sin la familia fue en 1990. Yo estaba en cuarto medio y mi mejor amigo era Vladimir Flores Angulo (que tenia la mansa cue’a, por que al año siguiente se ganaría en uno de esos concursos imposibles un auto 0 km.). Como sea, para ese año tenía una moto de 100 cc que sonaba como peo de vaca. No recuerdo la fecha exacta, pero el mismo día que partimos se había muerto Claudio Arrau. El Valdimir (le decíamos “cabeza de tuna” o simplemente “el tuna”, por la forma de la cabeza) y yo tomamos la moto y partimos. Nos fuimos por el camino a Melipilla, ya que para ese entonces la autopista del sol era un montón de planos en la mesa de un weon que estaba planeando como robar plata con el ministerio de obras públicas en el futuro. Con la moto, peligrosamente enclenque para el viaje que nos esperaba, a 80 km/h pasamos a un camión de verduras y si cuento esto es por que Dios es grande. Un Hoyo de proporciones bíblicas estaba en el camino, a la derecha el camión y a la izquierda la berma de piedras y arenilla, en bajada y con una cerca de alambres púas. No se si mi vida paso por delante, es probable, pero para 1990 había pasado tan poco que debe haber sido como un flash. Bueno, el Vlado hizo la maniobra más suicida y reñida con las leyes físicas de la que yo tenga memoria, primero doblo hacia la derecha, toco al camión con la mano, nuestras ruedas pasaron por el borde del precipicio (era un hoyo importante…lo juro), yo creo que un 40% de la superficie de la rueda tocaba aún pavimento, el resto miraba hacia las profundidades impenetrables del socavón. Después con un suave empujón de su mano nos alejamos del camión tambaleándonos. Frenamos. Respiramos profundo y nos fuimos a buscar de urgencia un baño.

Pasamos como 3 días…ese solo fue el comienzo de una serie de viajes con amigos y tambien con algunas parejas…de todas tengo recuerdos y sin duda de todas tendré oportunidad de referirme.

Palomo