PRELUDIO: LA KARLA

Hoy vinieron a cambiar el monitor, al fin, por lo que me siento ahora a escribir algo…justo ahora que se fue la Vero Roberts de la Granja. Me gusta la Vero, primordialmente por que me recuerda a una ex polola llamada Mónica Gallardo. Sobre todo en su inmensos ojos y su pelo. Es curioso que unas personas te recuerden a otras. Justo cuando ya se perdió contacto y son esos pequeños detalles (ojos, boca, pelo, etc.) los que te hacen rememorar. Cuando aparecía la actriz Tamara Acosta en la TV yo la tapaba con la mano desde el comienzo de la boca hacia abajo…increíblemente igual a la Mónica. Si veía a la actriz Carolina Arregui, entonces me acordaba de la Pilar Leal, muy parecidas. Ahora, si veo a una de las hijas de Liliana Ross (no recuerdo su nombre, pero no es la actriz ni la fotógrafa, la otra) me acuerdo de la Daniela Omerovic.

Todo esto me lleva a la KARLA . También mi ex polola y la cual, según yo, se parece a la Reese Witherspoon y además, tiene una aire a la Claudia Conserva. Es bien bonita la Karlinga.

A ella la conocí el verano de 1997. Mi hermana y hermano invitaron a unos amigos a la casa. Yo estaba viendo un partido de fútbol y a medida que llegaba la gente, más ganas me daban de quedarme viendo tele. A la mitad no lo conocía y la otra me era indiferente. En eso llego una ex – compañera de colegio de la Mariela con su hermana. Nos saludamos, pasaron al sector del rock y yo ahí viendo a los peloteros. Cuando ya me sentía aburrido me fui a colar al carrete…rápidamente me convertí en un conversador, principalmente por que hacía solo unos pocos días había ocurrido el accidentado recital de Deep Purple y varios me preguntaron cada detalle de todo eso. Mientras tanto la Karla no me daba bola, aunque a decir verdad yo tampoco. Cuando estábamos todos en una tertulia general en la mesa, alguien me preguntó cual era mi ciudad favorita, mi respuesta inmediata, fuerte y segura fue VALDIVIA. Ahí la Karla, que al parecer estaba con la oreja parada, salto y me dice : - Oye!, también es la mía. Para esa época, y aún hoy, Valdivia es un tema interesante de conversación para mi, así que partimos la cháchara y no paramos más…bueno, hasta que nos besamos. Tiempo después, comenzamos a pololear…lo supe por que me fue a buscar al instituto y esa era la prueba final.

Cierta vez invitaron a la Karla al matrimonio de una de sus mejores amigas. Por supuesto que fue con éste pechito…bien arreglado, perfumado, bañado inclusive. La ceremonia se realizo en una iglesia de Pirque y el parte matrimonial decía a las 20:00 hrs...¡Clásico!, llegamos atrasados, 20:20 hrs. Entramos de vuelo. La ceremonia ya había empezado. En el máximo silencio buscamos una ubicación y escuchamos al curita. Yo no conocía a nadie, ni siquiera a la novia, así que para mi todo estaba correcto. Después de 10 minutos de habernos mamado la misa, la Karla me dice que no encuentra entre los asistentes a la mamá de la novia, ni al hermano, ni al padre ni a nadie conocido. Yo la quede mirando suspicazmente, sospechando lo peor. Le pedí que viera con atención a la novia, que estaba de espaldas, al igual que el pingüino (novio), pero hay algo cierto, ¡puta que cuesta reconocer a alguien cuando está vestida con esos kilos de gasa blanca, encaje, perlas, flores plásticas, velos, un moño, corona, kilos de maquillaje, etc.! Y más encima de espaldas. Pero llego el momento, cuando comienzan a dar los votos y los novios se quedan mirando, ofreciéndonos su absolutamente desconocido perfil. Tratando de no reír, salimos lo mas piola posible. Resultó que todo el programa estaba atrasado y la ceremonia que seguía era la que nos correspondía. Lo demás es lo de siempre…arroz, agarrar el auto y manejar 35 Km para la fiesta (eso de casarse en Pirque y hacer la fiesta en Ñuñoa…un despelote), bailar, bar abierto, bar abierto, bar abierto, bar abierto, bailar y bar-bar-bar-bar…ja.

Las cosas pasan y las personas también, pero a la Karla la veo con cierta regularidad y dado lo bien que me cae, le dedico estos pequeños recuerdos…un saludo.

PALOMO