1992: PRIMERA PARTE

1992 comenzó para mí en diciembre de 1991. En ese mes di la PAA por segunda vez y la gran diferencia entre los puntajes fue abismal. No es que fuera un “porro”, pero en el colegio no me enseñaron nada útil como para sacar adelante las pruebas de ingreso a la U.
Ya en enero, salieron los resultados. Todos buenos. Postule a Ingeniería Acústica en Valdivia y a otras dos carreras, solo por rellenar el formulario, por que con los puntajes que obtuve no tenía dudas de quedar en mi primera opción. A fines de enero nos fuimos de vacaciones al sur y cuando estábamos en Chillan salieron los resultados de las postulaciones. Palomo aparecía en el puesto 21 de los aceptados en Acústica. Me guarde la hoja como recuerdo, pensando que la tendría para siempre, pero hay cosas que de tanto cambiarlas de lugar simplemente se cabréan y se mandan cambiar y por mas que las buscas no se dejan encontrar.
Ya a fines de febrero me matriculé en la oficina que la U.A.CH. tiene en Santiago. Pero llegaría el 7 de marzo. Ese día fui a revisar los listados de reclutamiento para el servicio militar. El horror que sentí recorrer mi cuerpo no se debió a reconocer mi nombre impreso entre mil otros, si no al ver que la fecha en la que tenía que presentarme ya había pasado. Estaba remiso y vi que mi deseo de irme lejos de casa se podía cumplir de todas maneras, pero encerrado en un sucucho militar al norte del país. Ese mismo día partí al regimiento a presentarme y dar alguna explicación. El “milico” que me atendió dijo que había un llamado especial para los que no se presentaron la primera vez y me dio la nueva fecha, pero con la advertencia: “es un llamado para quedar adentro…amigo.” Con el culo a una mano, ya que en la otra llevaba todos los papeles de mi matricula mas un certificado médico “mula” de escoliosis, me presenté. Nos tuvieron desde las 8:00 AM hasta las 11:00 AM sin hacer nada, parados en un patio de tierra y conociéndonos entre nosotros. Finalmente anuncian el examen médico, mi primera oportunidad. A diferencia de una presentación normal, en la cual te desnudan y revisa un milico con estetoscopio, a nosotros nos separaron entre los que teníamos papeles (truchos o no) y los que no. Hicieron dos filas, la de los supuestos enfermos y la de los sanos. El médico paso uno por uno revisando los papeles, sin ningún tipo de examen, excepto a los que les tocaba la espalda desde la cervical para luego ir bajando por la columna vertebral (después me enteraría que la escoliosis es la patología mas usada para sacarse el servicio). Cuando llego mi turno, puse mi mejor cara de niñonoapto. Miro mis papeles y acto seguido me pasa la mano por la espalda, tal como lo vi hacerlo a otros. Me quedo mirando y dice: - ¡esto no es escoliosis! – y tomando a un muchacho dos puestos más adelante - ¡éste cabro tiene escoliosis!¡mira! – me toma la mano y me obliga a tocarle la espalda…el pobre muñeco parecía camello, así que mi escualida actuación se fue a la mierda.
Mi segunda y última oportunidad se presentaría una hora después en la persona de la asistente social. Llegue a ella a exponerle mi situación de joven promesa académica, blandiendo ante su persona los papeles de la matricula. Conversamos unos minutos y luego de anotar unos garabatos en el expediente, me mando con el oficial de reclutamiento. Estaba en el purgatorio, en un tribunal de una persona, en donde se decidía mi paso al infierno o al cielo. Después de una breve charla, me dice que quedo disponible, lo que significaba que dentro de los próximos 4 años tendría que revisar las listas y que si faltaba contingente o entrábamos en conflicto con algún país, mi nombre aparecería primero. Me fui y cuando me encontraba en el portón de salida, miré hacia atrás y vi a los infortunados que ya marchaban a ponerse a las órdenes de los oficiales.
Ya con el alma tranquila, llegue a mi casa y me dispuse a hacer los bolsos que viajarían conmigo a Valdivia.


PALOMO